jueves, 21 de febrero de 2013

España: roba, estafa y defrauda.

Viviendo dos siglos atrás.

¿No os pasa que hay días que os levantáis desconcertados y os preguntáis el por qué de todo? Dejar de hacerlo. No vale la pena. A día de hoy lo único que deberíamos preguntarnos es ¿en qué estábamos pensando para acabar así?

Hoy, en una de esas clases de derecho en las que vale la pena atender, me ha hecho gracia que mi profesor de protección penal nos hablara del castigo que recibe todo aquel que atente contra alguna creencia religiosa. ¡Toma ya! Vivimos en un país aconfesional en el que se castigan las burlas emitidas hacia alguna institución religiosa o hacia alguna creencia que defensa esa religión. Pero lo que me ha impactado más ha sido su tono sarcástico cuando ha comparado España con Arabia Saudí y ha añadido "menos mal que allí hay pena de muerte y en España es solo una multa!" ¿Hasta dónde vamos a llegar? Con esta actitud, no muy lejos.

Si comparamos este comentario con toda la situación actual se llega fácil y rápidamente a la conclusión de que los intereses de España se basan en la religión, en el conservadurismo de hace millones de años y en los intereses propios de cada uno sin contar con el resto de la sociedad. En este país se puede robar públicamente sin merecer por ello ningún tipo de castigo, se puede plasmar en la Constitución la igualdad de todos ante la Ley y eximir del castigo a una monarca, e incluso se puede consentir que un Presidente del gobierno sea "el hazme reir" de Europa y seguir dándole nuestro más falso apoyo. ¿Y esto por qué? Porque somos España, un país en el que no se piensa en el resto de la sociedad sino en el propio interés privado (sálvese quien pueda), en el que personas mueren en hospitales por la carencia de médicos, en el que se abren expedientes a personas que se manifiestan por una enseñanza de calidad y en el que los antidisturbios gobiernan las ciudades. Bienvenidos a Españistán, estais invitados a entrar, robar, defraudar a Hacienda, formarse como político o banquero y salir con 20 millones más. Y todo ello sin preocuparte por nada, la justicia española va tan lenta que cuando vayan a enjuiciarte por todos estos delitos posiblemente ya han desaparecido todos estos millones y puedes declararte insolvente. A disfrutar!